Joel Salatin y Darren J. Doherty, los granjeros que sanan la tierra
Pensad en lo que es “normal” en la agroganadería: explotación intensiva del suelo, uso de fertilizantes sintéticos, consumo excesivo de recursos hídricos, animales hacinados. Pues bien, el tipo de agroganadería que practican y predican Joel Salatin y Darren J. Doherty es todo lo contrario. La suya es una agricultura regenerativa y sostenible, una ganadería respetuosa con los animales, una concepción de la producción de alimentos agradecida con la naturaleza.
Salatin y Doherty son dos de los granjeros más influyentes del mundo. Sus enfoques holísticos sobre el cultivo de la tierra y la cría de animales son admirados y aplicados por miles de granjeros. Activistas medioambientales y consumidores preocupados por cómo son producidos los alimentos que compran, leen sus libros y asisten a sus conferencias.
En mayo, la Escuela Superior de Agricultura de Barcelona fue escenario de uno de estos encuentros. Más de 200 asistentes nos reunimos para escuchar las reflexiones de Salatin y Doherty sobre temas como la industria alimentaria y la importancia de las redes comunitarias. Y para comprobar de primera mano que estos dos granjeros no solo poseen un conocimiento excepcional sobre la tierra, también son oradores carismáticos.
En el libro Esto no es normal (Editorial Diente de León, 2017), Salatin hace un manifiesto de su concepción de la ganadería. En vivo, explica estas ideas con la pasión de un predicador. Después de todo, la suya no es una forma de hacer negocios, sino una forma de vivir. En el centro de todo está la profunda reverencia por la naturaleza, que se traduce en procurar a los animales el hábitat ideal para su sano desarrollo, estimular la biota del suelo, respetar la estacionalidad de los alimentos y vender sus productos únicamente en su región.
En algunos aspectos, esta filosofía pone a Salatin al margen de las regulaciones del gobierno. Un buen ejemplo de ello es la forma en la que son sacrificadas las aves de pasto en Polyface, la granja que la familia Salatin posee y gestiona en Swoope, Estados Unidos. Las normas sanitarias gubernamentales establecen que el proceso debe hacerse en un lugar cerrado por razones de higiene, pero en Polyface se hace al aire libre. Salatin pidió a un laboratorio independiente que comparara cultivos bacterianos de sus aves con los de aves sacrificadas siguiendo el protocolo oficial. Las suyas tenían 25 veces menos unidades bacterianas.
Las regulaciones gubernamentales son solo uno de los obstáculos que los granjeros deben sortear. Doherty cree que en muchos países la población se ha acostumbrado a pagar poco por los alimentos, así que los agricultores que no quieren comprometer la salud del suelo para obtener ganancias necesitan ser también comerciantes, expertos en logística y procesamiento, y tener una comprensión amplia de toda la cadena de valor.
Durante décadas, Doherty ha ayudado a miles de granjeros a diseñar granjas que son sostenibles y rentables al mismo tiempo, en las que los recursos hídricos, con frecuencia escasos, son utilizados de forma eficiente para recuperar la salud del suelo y la biodiversidad. Salatin cría animales que pueden expresar plenamente lo que él llama “particularidad fisiológica”. Es decir, cerdos, vacas y aves libres para actuar tal y como la naturaleza tenía planeado que lo hicieran. Lejos de dañar el suelo, el bienestar que Salatin procura a los animales contribuye a reciclar biomasa que regenera la tierra.
Sus conocimientos se complementan. Fue una admiración mutua la que llevó a la familia Doherty a mudarse desde su Australia natal hasta Estados Unidos, para grabar durante cuatro años el día a día en Polyface. El resultado fue Polyfaces, un documental que The New York Times describió como “la historia de una granja poco ortodoxa, que puede llevarte a creer que los métodos de sus protagonistas son la mejor manera de ayudarnos a comer (y vivir) mucho mejor”.
A lo largo de casi tres horas de conferencia, Salatin y Doherty compartieron conocimientos y anécdotas sobre el consumo local, la importancia de la comunidad, el uso eficiente del agua y la regeneración del suelo. Transmitiendo todo ese bagaje a miles de agricultores y consumidores de todo el mundo, estos hombres están contribuyendo a que la agroganadería respetuosa con el medio ambiente, sostenible y rentable sea una tendencia en aumento y, con suerte, se convierta en lo normal.