Permacultura y técnicas respetuosas de cultivo

Heu sentit mai a parlar sobre permacultura? Aquesta setmana, a Va de Verd, aprendrem com aconseguir un sòl amb vida pròpia a través d’aquesta tècnica, la qual, més enllà de ser un model de producció sostenible que vetlla per la fertilitat de la terra, és un estil de vida. 

No ens creieu? La Laura Albà, coneguda com a @erina.wild a les xarxes, ens explicarà com va deixar la seva vida d’informàtica a la ciutat per anar a viure enmig de la natura i decantar-se per l’autoconsum. De la mà de l’Estela Delga, de @vidaverdiMiquel Àngel, productor de fruita seca; i Raül Crivellé, viticultor, aprendrem sobre agricultura regenerativa, una tècnica aplicada dins la permacultura i basada en la pastura rotativa i la manca d’ús de fertilitzants artificials, entre d’altres. 

Parlant d’autoconsum, la María Gómez, la nostra presentadora, ho tindrà clar: per què anar cada diumenge al restaurant a fer una calçotada, si els podem cultivar nosaltres i menjar-ne fins a atipar-nos? L’Alex@ecohuertodealex, ens ensenyarà a cultivar-ne i amb els moliconsells de Jesús Valera i la Mireia aquests creixeran sense fer mal a la salut del nostre planeta. 

 

Para ver la entrevista pinchar aquí

Estela, la gurú hortelana que revoluciona las técnicas de cultivo

Su pasión por la naturaleza llegó de forma progresiva. Estela Delga no es de las que de la noche a la mañana deciden romper con todo, salir huyendo de la ciudad y pregonar a golpe de tuit las bondades de la vida rural. Lo suyo fue una carrera de fondo cocida a fuego lento. De pequeña iba al monte de excursión con sus padres, hacían barbacoas campestres y lo gozaba descubriendo plantas y animales.

Estela se crio en Girona y cuando terminó la Educación Secundaria optó por estudiar Ilustración. Compartía casa con otros estudiantes y un día decidió comprar cuatro macetas «para realizar mis primeros experimentos, todo muy precario y sin más ambición que comprobar si aquello de los huertos urbanos iba conmigo. La experiencia me encantó».

De la maceta al suelo

Así que, al poco tiempo, cuando pudo alquilar un piso para ella sola amplió su pequeño huerto «y, además, me lance a alquilar un pequeño terreno en un espacio que había al lado de mi casa. Ahí comencé con mis primeros cultivos sobre el suelo». Su intención no era la de convertirse en hortelana sino compaginar su profesión con este hobby. «Disfrutaba mucho viendo cómo crecían las lechugas, los tomates, el brócoli. Plantaba todo aquello que me gustaba comer. Realmente cultivar en macetas es como hacerlo en el suelo, pero en formato bonsái», dice al tiempo que suelta una carcajada.

Y así pasaron los años. Consiguió trabajo como ilustradora en una empresa textil: «Tenía un trabajo como cualquier otra persona. Una vida rutinaria. Pero pronto comenzó a aumentar la presión laboral, padecí mucho estrés y tuve que tomar una decisión. En esos momentos de angustia lo que más me relajaba era dedicarme a mi huerto urbano».

Así que una vez que decidió abandonar su trabajo se vio en la encrucijada de tomar una decisión: «O buscaba empleo como ilustradora y me sometía de nuevo al estrés y la presión o cambiaba completamente de vida. Lo hablé con mi pareja, Adrià, a quien también le gustaba todo aquello relacionado con los cultivos y la naturaleza y decidimos empezar juntos una nueva vida. No fue sencillo tomar la decisión, pero en nuestra familia nos apoyaron desde el primer momento». Así, con poco más de 20 años, ambos se trasladaron a una masía completamente aislada en medio de la sierra de la Garrocha y trabajaban allí cuidando la casa, la huerta y los animales.

«La transición no fue fácil y menos siendo mujer. He tenido que lidiar con muchos comportamientos machistas. Parece mentira cuando, siglos atrás, la mujer era la que cuidaba de los animales, la huerta y la casa. Con la edad moderna cambiaron estos roles y parece que algunos les cuesta evolucionar», dice Estela.

Así, por ejemplo, relata que en los anuncios de trabajo que su pareja y ella encontraban solicitaban un hombre para las labores de labranza y cuidado animal y una mujer para cocinar y limpiar la casa. «Además, he tenido que soportar muchos comentarios como ‘‘qué bien ayudas a tu pareja con el huerto’’ o ‘‘si me gustan las florecillas’’ con la intención de infantilizarme. También, cuando voy a comprar herramientas para el campo, los vendedores dudan de que sea yo quien vaya a utilizarlas o si sabré hacerlo. Es muy desagradable», confiesa.

Aun así, ella no ha desistido en ningún momento. Tanto es así, que ahora podría decirse que se ha convertido en una especie de gurú de las nuevas técnicas de cultivo y suma numerosos seguidores en las redes al tiempo que capitanea cursos de formación sobre permacultura, que es una metodología a través de la cual se generan sistemas de cultivo sostenibles que satisfacen las necesidades humanas, pero siguiendo estrategias de la propia naturaleza.

Pero antes de llegar a la «fama hortícola», Estela y Adriá decidieron mudarse de esa casa aislada de la Garrocha a uno de los pueblos de la sierra: «Me daba miedo estar tan incomunicada, aquí tengo lo mejor de la vida en el campo, pero con carreteras decentes para ir al hospital si lo necesitara. También hay alguna tienda y contacto con otras personas, el sentimiento de comunidad es muy necesario».

Así, instalados en este pueblo de 700 habitantes, decidió crear, tras un largo tiempo de estudio y autoformación, una escuela de horticultura, Vidaverdi, «desde donde enseño a través de cursos, principalmente online, técnicas de agricultura regenerativa». También ha escrito un par de libros, el último «Huerto sin labrar. Cultiva la tierra y tu bienestar» (Editorial Diente de León), en los que transmite esta filosofía agrícola para que cualquiera pueda comenzar a practicarlo con un pequeño huerto en casa. «Unas 500 familias de toda España ya han hecho un curso conmigo, incluso tengo alumnos de Latinoamérica. Es lo bueno de internet», apunta. Además, en su pueblo hay cobertura, un milagro que siempre ansían en la España vaciada.

 

«Ecotécnicas»

Los que, como un servidor, desconozcan las particularidades agrícolas y más aún lo que supone la «labranza cero», Estela lo explica con paciencia y pasión: «Es una técnica que viene de agricultura regenerativa que tiene la finalidad de perturbar lo mínimo el suelo y así cuidar la vida que hay en él. El suelo es un ser vivo complejo en el que conviven bacterias, microrganismos, hongos, gusanos, pequeños insectos… todos ellos conforman una cadena trófica que con las técnicas tradicionales de labranza se acaban destruyendo debido a su agresividad y el elevado número de productos agresivos que acaban con esta microfauna».

En resumen, según apunta la experta, con labranza cero se cuida y alimenta el suelo del que luego nacerán los alimentos que más tarde comeremos. «Además, el valor nutricional de los productos que se cultivan de este modo es mucho más elevado. Cuando se cultiva en una tierra con bajos niveles de calcio, nitrógeno, zinc y otra serie de minerales, la hortaliza que saldrá estará completamente aguada a nivel nutricional. No va a tener tanta potencia como si se hace en una tierra fértil con muchos más nutrientes. Nuestras lechugas son crujientes y sabrosas», señala orgullosa. Ella también enseña cómo hacer el propio compost con los desperdicios orgánicos que se generan en casa.

Con esta filosofía, no solo se genera un sistema más respetuoso con el medioambiente, sino que, además, se lucha contra la desertificación y muerte de los terrenos de cultivo. Estela ha fabricado incluso sus propias herramientas para realizar estas «ecotécnicas».

Tal es su pasión por la naturaleza que no quiere oír ni hablar del regreso a la ciudad. No echa en falta su otrora vida cosmopolita: «La ciudad es ruido, el campo es vida», sentencia.

El príncipe Carlos en su último libro: “La Tierra no puede soportarlo todo”

“Este libro es un llamamiento a la revolución. La Tierra está en peligro. No puede soportar todo lo que exigimos de ella”. Así empieza Armonía. Una nueva forma de ver el mundo, el libro en el que el Príncipe Carlos, junto al ambientalista Tony Juniper y el locutor de la BBC Ian Skelly, concentra las claves de su compromiso con el medio ambiente. Un volumen que dio el salto un tiempo atrás al audiovisual y que se traduce por primera vez al español de la mano de la editorial Diente de León, pero que se publicó en su idioma original en el 2010. Una decisión que Juniper aplaude pues, tal y como asegura en una entrevista a La Vanguardia, “tiene todo el sentido del mundo, ya que es ahora cuando empezamos a tomar conciencia sobre este asunto, pese a que quede camino por recorrer”.

Una opinión que comparte el heredero al trono británico en un actualizado prólogo: “Aunque no parezca demasiado tiempo, el mundo ha cambiado irreconociblemente. Por entonces, la amenaza de una catástrofe climática parecía a muchos una posibilidad muy remota. Sin embargo, aquí estamos, apenas una década después, viviendo las consecuencias del incremento de la temperatura mundial que, si no se controla, amenaza los cimientos de nuestra civilización”.

El compromiso del príncipe de Gales con la naturaleza y el medio ambiente es firme desde hace tiempo. A lo largo de los años ha escrito numerosos artículos y ha dado conferencias sobre temas tan variados como educación, salud, agricultura o medio ambiente. Ideas que recopila por primera vez en estas páginas y que también le han llevado a protagonizar numerosas iniciativas, como Terra Carta, “un plan de recuperación que pone a la naturaleza, a las personas y al planeta en el corazón de la creación” o el Prince´s Rainforest Project, con el que pretende concienciar sobre los efectos devastadores de la deforestación.

A lo largo de sus páginas, el hijo de Isabel II expone algunas realidades y apunta a la necesidad de un “equilibrio con la naturaleza” para solucionar las grandes crisis a las que tiene que hacer frente este siglo: “la pobreza y el cambio climático”.

A ello, Tony Juniper añade “la importancia de la educación y de hablar sobre todos estos temas con los niños desde bien pequeños”, ya que “solo así se acabará comprendiendo la verdadera gravedad a la que se enfrenta el planeta”. En este sentido, lamenta que “la gente está muy desconectada de lo que está ocurriendo” por lo que “no se molesta en buscar una solución”. Esto es algo que, más allá de los líderes políticos, apunta, “está en manos de todos”. Así, señala que son “muchos los pequeños gestos que podemos hacer, desde el reciclaje hasta nuestra forma de alimentación o la apuesta por una agricultura más sostenible”.

Pese a todo, los autores se esfuerzan por imaginar un futuro menos crudo, aunque Juniper advierte que “todo dependerá de las decisiones que se tomen durante las próximas décadas”. Y ¿es reversible el daño ya sufrido? ¿Podemos corregir los errores cometidos como sociedad? El ambientalista concluye que “si no se intenta no lo sabremos, pero la cuestión ahora es empezar a formar parte del cambio para evitar un verdadero desastre”.

[En la foto: Tony Juniper]

El príncipe Carlos de Inglaterra, un «eco influencer»

Por todos es sabido el gran compromiso que tiene con la naturaleza y el medio ambiente el príncipe Carlos de Inglaterra desde 1970. El hijo de la reina Isabel II se sitúa a la vanguardia del movimiento ecologista y no es raro verle en diferentes aventuras o desafíos contra el cambio climático, la deforestación e incluso animando a los ciudadanos a usar recursos naturales y sostenibles como la lana de oveja. Hace tan solo unos días se convirtió en el protagonista de un cortometraje, «Why Wool Matters», en el que el duque de Cornualles comunica los beneficios del uso de este textil para ayudar a reducir los residuos de plástico y garantizar un futuro más sostenible.

Además de voluntario, es presidente y patrono de diversas organizaciones de todo el mundo, así como fundador de una veintena de asociaciones benéficas en el Reino Unido. Y en 2010 publicó un libro donde concentró las claves de su compromiso con el medio ambiente y preocupación por la crisis climática actual, reuniendo por primera vez todas sus ideas sobre educación, salud, arquitectura, religión, agricultura y ecología; que lleva por titulo «Armonía». Ahora, doce años más tarde, este libro se publica por primera vez en español gracias a la editorial Diente de León. El 10 de mayo estará a la venta en nuestro país.

«Advertir del peligro»

Esta publicación incluye un prólogo escrito por el propio príncipe, en el que reflexiona sobre la evolución experimentada en la década que ha transcurrido desde su lanzamiento: «’Armonía’ se publicó en 2010 y, aunque no parezca demasiado tiempo, el mundo ha cambiado irreconociblemente. Por entonces, la amenaza de una catástrofe climática parecía a muchos una posibilidad muy remota (…) Sin embargo, aquí estamos, apenas una década después, viviendo las consecuencias del incremento de la temperatura mundial que, si no se controla, amenaza los cimientos de nuestra civilización».

El prólogo recoge además las intenciones que le llevaron a involucrarse en el libro junto al escritor y locutor de la BBC, Ian Skelly, y al activista británico Tony Juniper: «La razón por la que escribí este libro fue para advertir del peligro del cambio climático y sus consecuencias, y para tratar de explicar las razones filosóficas y sociales por las que nos encontramos en una situación tan aterradora», confiesa el heredero al trono británico, quien confía que «esta edición en español de Armonía sirva para que nuevos lectores entiendan la necesidad de una revolución en nuestro pensamiento, que impulse la acción urgente que necesitamos para asegurar el futuro, genuinamente sostenible y equilibrado, de nuestro mundo: único, hermoso y, sí, sagrado». Pero Carlos no es un «eco influencer» solo de boquilla, el príncipe admite que la mitad de la energía que emplea en su hogar y oficina procede de fuentes renovables, que ha creado jardines y huertos orgánicos en su finca de Highgrove y que su Aston Martin funciona con bioetanol. Así que si quieren conocer de primera mano los sentimientos más «green» del heredero a la corona británica, ahora tienen la oportunidad.

Agricultura regenerativa

‘Arraigados en la tierra’: cómo producir alimentos saludables mientras cuidamos al planeta

 

La guía de Francesc Font Rovira nos da los tips necesarios para producir conscientemente y consumir de manera más sostenible.

En los últimos años, el problema del cambio climático se ha agravado notablemente y esto ha hecho que esté más presente que nunca entre todos nosotros. Con pequeños gestos individuales en muchos ámbitos, podemos hacer que nuestro planeta tenga un respiro tan beneficioso como necesario.

Una de las esferas en las que poner el foco es en la alimentación. ¿Es posible producir alimentos saludables para toda la humanidad y al mismo tiempo mitigar el cambio climático y cuidar nuestro entorno?

Francesc Font Rovira nos demuestra que sí en ‘Arraigados en la tierra’, una obra que nos aporta las claves para producir alimentos en armonía con los ciclos naturales sin perder de vista la ciencia.

Aunque no seamos agricultores, todas las personas del planeta tenemos una relación diaria con este sector cada vez que nos sentamos en la mesa a comer. Es por ello que este libro está pensado para dar las herramientas necesarias a los agricultores a la hora de producir de manera más sostenible, y a los consumidores, para comer de manera más responsable con el medioambiente.

Agricultura regenerativa

La iniciativa del autor para crear un planeta más sostenible nació cuando comenzó a escuchar términos como agricultura orgánica, regenerativa, biodinámica… Unas palabras que terminaron por serle más familiares de lo que podía imaginar. Tras varios años formándose en este campo, Francesc acabó adquiriendo los conocimientos necesarios que poco a poco fue instaurando en las cosechas familiares, aunque eso sí, algunas veces con más éxito que otras.

Pero los momentos malos no consiguieron que este ingeniero agrícola se rindiera en una lucha para que las actuales generaciones no arrebaten a las futuras su derecho de seguir viviendo y disfrutando de la Tierra.

No solo la pasión de Francesc por la agricultura ha sido la que le ha llevado a crear ‘Arraigados en la tierra’. Estudios y datos de los últimos años demuestran que, además de estar maltratando al medioambiente con el uso excesivo de químicos, estamos perjudicando a nuestra salud sin darnos cuenta: “Los alimentos de hoy en día tienen la mitad de nutrientes que los de los años 40 y 50”, unos minerales que son necesarios para nuestro cuerpo y que nos obligan a producir el doble para alimentar correctamente a una población en constante crecimiento.

Más allá de la agricultura

Según Francesc, el concepto de regeneración agrícola va más allá de la tierra y engloba a la economía, a la sociedad, y al medioambiente. Un agricultor, además de tener en cuenta que sus productos se desarrollan en condiciones óptimas, debe poner energía en cómo comercializar lo que produce de manera adecuada. Para ello, se deben estudiar los mercados y crear una confianza en el consumidor para que se asegure de la importancia que tiene ingerir alimentos realmente nutritivos, algo que no podría conseguirse sin la ayuda de los animales.

‘Arraigados en la tierra’ ya ha servido como guía hacia una era más sostenible a algunos rostros conocidos como la actriz y humorista Silvia Abril, quien cree que el trabajo de Francesc nos lleva por “un nuevo camino de conocimiento y de cambio. El autor no es solo un buen técnico y divulgador, sino también un excelente narrador que pone el alma en lo que hace”, explicaba.

Si eres de los que creen que el problema puede convertirse en solución, ‘Arraigados en la tierra’ se convertirá en tu guía perfecta para pasar de explotar recursos a potenciar procesos naturales con los que conseguiremos regenerar lo que hemos perdido durante las últimas décadas.

Agricultura regenerativa para un futuro sostenible

Francesc Font presenta la edición en español de su libro ‘Arraigados en la tierra’, que pretende ofrecer herramientas a agricultores para producir mejor y más sostenible, y a los consumidores para consumir de manera más amigable con el planeta.

Arraigados en la tierra’, escrito por el agricultor e ingeniero agrícola Francesc Font Rovira, es un libro que va dirigido a las personas que tienen una relación diaria y estricta con la agricultura. Podríamos pensar, por lo tanto, que se trata de un libro pensado y escrito para que lo lean los agricultores, pero ¿acaso nosotros no tenemos una relación también íntima con la agricultura cada vez que nos sentamos alrededor de la mesa a comer?

A lo largo de las páginas y los capítulos, Francesc Font cuenta el proceso de descubrimiento que le llevó a evolucionar desde el método de agricultura convencional a la regenerativa. Tras más de 300 años a través de varias generaciones trabajando la tierra en su finca ubicada en el Empordà, el poco rendimiento económico que ofrecía su tierra y la observación del deterioro natural le hicieron plantearse su modelo de agricultura. Una vez probó la regenerativa, no hubo vuelta atrás: el problema se convirtió en solución, y pasó de explotar los recursos a potenciar los procesos naturales, que permiten que se regenere lo que se ha perdido y deteriorado.

De la misma manera, el agricultor plantea cómo se ha llegado hasta este punto, y qué podemos hacer los ciudadanos para ayudar a los agricultores regenerativos. Todo ello mientras comparte su historia, anécdotas personales y reflexiones acerca de lo que comemos, lo que compramos y la manera en la que lo hacemos.

Más democrático que ir a votar

En la presentación del libro, publicado por la editorial Diente de León, Font señaló que, aunque no nos damos cuenta, ir a comprar la comida que luego consumimos es un acto pura y estrictamente democrático, “mucho más que ir a votar”. La razón es sencilla: en el momento en que escogemos entre un mercado u otro, una tienda u otra, una cooperativa de consumo o una multinacional, lo que realmente votamos es el sistema productivo que queremos, y este engloba la manera en la que queremos cuidar el planeta y cómo queremos cuidarnos a nosotros mismos.

Lo cierto es que, como consumidores, tenemos más poder de lo que creemos. Es por eso por lo que ‘Arraigados en la tierra’ pretende dar herramientas a los productores para producir mejor y de manera más sostenible, y a los consumidores para consumir mejor y hacerlo de manera más amigable con el planeta. Todo ello sin olvidar la administración, una parte responsable de todo este proceso y que también debe implicarse para frenar los efectos devastadores del consumismo desenfrenado en la Tierra.

Subida de costes

Una de las principales razones que asocia Font al hecho de que la agricultura convencional ya no sea rentable es que “los costes han subido mucho, pero el precio percibido por sus productos se ha mantenido en muchas ocasiones”. Se trata de una problemática a la que, además, se suma el hecho de que el sistema productivo tiene unos márgenes tan cortos que obliga a los propios agricultores a producir y vender tan rápido como puedan. ¿La consecuencia? “Cuando queríamos patatas, nos íbamos al supermercado, y cuando queríamos aceite, íbamos a la cooperativa, aunque en casa tuviéramos esos productos”, explica el autor, que añade que “dejaban en manos de terceros la comercialización de sus productos, y eran estos los que negociaban para ellos. Al final, en un mundo donde las empresas dependen de la globalización, nos dimos cuenta de que las decisiones de la bolsa de Chicago influían en cómo nos ganábamos la vida los agricultores del Empordà”. 

En 30 años, el planeta ha perdido casi un 50% de sus especies terrestres

Junto a su mujer, también agricultora e ingeniera agrícola, empezó a plantearse en qué estaban fallando. La lista se hizo larga: el planeta había perdido casi la mitad de sus especies terrestres en apenas tres décadas, la biodiversidad se estaba perdiendo y, en parte, era por culpa de los agricultores, que aplicaban productos químicos y seguían orientando sus fincas al monocultivo. “Me di cuenta de ello un día en el que estaba labrando y recordé que, cuando era pequeño y labraba, había un montón de pájaros al lado de mi tractor. Esta vez estaba totalmente solo. Si no hay pájaros es porque no hay comida para ellos, lo que significa que no hay insectos. En ese momento entendí que estábamos perdiendo fertilidad de forma muy rápida en nuestra finca”, recuerda el autor.

Alimentos menos nutritivos

Investigando y leyendo otros artículos, Font descubrió que los alimentos de hoy en día tienen la mitad de nutrientes de los que tenían los alimentos en los años 40 y 50. Sin embargo, nosotros requerimos los mismos minerales que nuestros abuelos, por lo que tendríamos que comer el doble (y producir el doble) para alimentar a todo el planeta. Lo que ocurre, al final, es que comemos muchas calorías, pero no llegamos a los minerales que necesitamos. ¿El resultado de esta ecuación? “Más calorías y menos minerales, una combinación perfecta para la industria farmacéutica”, apunta el ingeniero.

Dispuestos a cambiar su modo de producir, labrar y cultivar la tierra, decidieron lanzarse a probar la agricultura regenerativa, teniendo en cuenta que el principal objetivo era probar, medir y, sobre todo, enseñar lo que funcionaba y lo que no. 

La industria bélica dejó de hacer la guerra únicamente a las personas
para hacérsela a la naturaleza y, de nuevo, a las personas
 

En otras palabras, desafiaron a un sistema en un momento en el que eran víctimas de la llamada revolución verde, una etapa que empezó en los años 50, una vez terminada la Segunda Guerra Mundial, por parte de la industria que anteriormente producía armas y que empezó a convertir los tanques en tractores, los explosivos formados por amoniaco y nitrógeno en abonos y algunos productos muy bélicos en fitosanitarios, con nefastas consecuencias en la salud del suelo.

Puesta en marcha

Siguieron los pasos de la agricultura regenerativa, monitorizaron todo lo que hacían y vieron que algunas cosas funcionaron muy bien, y otras no tanto. Pero no se desanimaron: poco a poco, mirando hacia atrás vieron como todo empezaba a cambiar y a mejorar. La tierra, la fertilidad, los números, el medioambiente, la biodiversidad… todo iba bien. Decidieron ir un paso más allá, y hacer un “viaje al futuro”, a Australia, con toda la familia, donde se alojaron en distintas fincas de agricultores a cambio de su mano de obra. Tras unos meses de aprendizaje y de acumulación de conocimientos y nuevas técnicas, volvieron “con ganas de aplicar todo y tan rápido como fuera posible”.

Y después de eso llegó este libro. Un libro que no tiene “otra intención que la de compartir una experiencia, lo bueno y lo malo, para ayudar a los productores a producir de forma más sostenible, y a los consumidores a consumir de forma más responsable”. Y de paso, para dar un empujón a la administración, porque “sin estos tres elementos, es muy difícil que la agricultura avance donde nos gustaría a todos”.

Despertar salvaje

Al estar conectados al corazón de quienes somos, nos damos cuenta de que todo está bien, que es seguro confiar porque somos conducidos por algo más grande que nuestros pensamientos. Es una de las ideas que ofrece Mary Daniels, oradora inspiradora, coach y autora de “Nueve preguntas que salvaron mi vida”.
Propone una original metodología para profundizar en los procesos vitales y espirituales, a la que es suficiente dedicar nueve minutos al día.

 

Quién es Mary Daniels
Británica, ha pasado la mayor parte de su vida trabajando con personas vulnerables en escuelas, cárceles y centros de mujeres. Es codirectora de Alternatives, organización dedicada a la formación personal para el bienestar físico, mental y espiritual. Ofrece conferencias y sesiones de coaching para diversas instituciones o colectivos.  En “Nueve preguntas que salvaron mi vida” (Editorial Diente de León) propone una metodología ideal para todo tipo de personas que buscan una práctica diaria sencilla de asumir y capaz de proporcionarles un cambio duradero en sus vidas, avalada por el éxito de su publicación en versión inglesa publicado por Hay House. Más información en marydaniels.co.uk

 

Entrevista
Mary, la primera parte de tu vida ha sido difícil y la narras en detalle, con honestidad. Dices que tu «despertar salvaje» no fue un rayo de lucidez, sino un proceso que hierve a fuego lento. ¿Cómo es eso?
La vida en general puede ser a la vez difícil y sorprendente, todavía experimento ambas cosas, pero mi “despertar salvaje” siempre ha sido un viaje continuo. Creo que la vida se trata de conocernos a nosotros mismos, seguir y amar ese conocimiento, que es y puede ser difícil. También es algo que sucede a lo largo de nuestra vida, como una cebolla: tan pronto como despegamos una capa, aparece otra. Así que creo que el proceso está en curso y para toda nuestra vida.

Vayamos a lo que compartes de tu propia experiencia a través de cada una de las nueve preguntas que presentas. Afirmas que para volver a conectarse con uno mismo es necesario ir más despacio. ¿Qué quieres decir?
Reconectarse o incluso mantenerse conectado con nuestro verdadero ser requiere presencia; estar aquí, ahora. Cuando estaba corriendo por la vida, actuando como si me estuviera «quedando sin tiempo», y siempre me escondía detrás de ese estar «demasiado ocupada», estaba muy desconectada. Mis decisiones eran reactivas en lugar de responder y sintonizar con la situación y lo que realmente se necesitaba, no lo que yo pensaba que era necesario.
Disminuir la velocidad nos permite estar verdaderamente presentes en nuestras experiencias y lo que está sucediendo en el momento, no en nuestras mentes. Nos permite reflexionar, aprender y crecer, y nos da la oportunidad de elegir en lugar de reaccionar inconscientemente o incluso sobre-reaccionar, lo que a menudo puede empeorar las cosas.

En verdad, como afirmas, ¿es la vida simple y somos nosotros los que complicamos todo?
Sí, mi mentor y amigo siempre me dice: «Mary, habla como una niña, ¡hazlo simple!». Creo que si somos honestos con nosotros mismos, conocemos quiénes somos realmente y no actuamos desde un lugar de miedo o condicionamiento inconsciente o patrones infantiles, básicamente tratando de ser algo o alguien que no somos, entonces la vida se vuelve mucho más simple y fácil.
Complicamos más las cosas pensando demasiado o preocupándonos por «los demás» y lo que piensan en lugar de ser fieles a nosotros mismos y lo que está apareciendo en el momento.
Cuando no estamos siendo honestos y claros acerca de lo que realmente queremos, la vida puede ser complicada, especialmente cuando las heridas del pasado nos provocan.

Citas una frase de Jung, que es desafiante o un reto para valientes: concientiza tu propia oscuridad.
Hacer que nuestra oscuridad se haga consciente significa ver las cosas como realmente son, incluso las partes que no nos gustan o no queremos ver sobre nosotros mismos, los demás y el mundo en que vivimos. Como seres humanos, a menudo nos sentimos atraídos por las cosas que nos hacen sentir bien, y/o lucir bien. A menudo buscamos experiencias que nos hagan sentir seguros o en nuestra zona de confort y nuestra burbuja familiar, lo que finalmente nos impide crecer y aprender.
Hacer que nuestra propia oscuridad se haga consciente significa explorar y aceptar las partes de nosotros mismos que menos nos atraen, las partes que queremos esconder al mundo y a nosotros mismos. Puede ser un desafío porque significa aceptarnos y amarnos tal como somos, lo «bueno» y lo «malo», la «luz» y la «oscuridad». Y aclaro que no creo en el sentido tradicional qué es “bueno” y qué es “malo”, pero esa es otra conversación (risas).

Dices que aceptarte a ti misma no significa rendirse. Algunos maestros en el campo espiritual precisamente aconsejan darse por vencido. ¿Puedes aclarar esta aparente contradicción?
La aceptación es simplemente aceptar las cosas por lo que son, «ver claramente». Si alguien elige ser un camino para mí, y no me agrada cada vez que lo veo, en lugar de analizar o tratar de cambiarlo, simplemente acepto que así es como elige ser en este momento. No significa que tenga que aceptar el comportamiento, o crea que eso está bien solo porque lo acepto y la situación por lo que es; los límites apropiados y el autocuidado son importantes. Significa que en lugar de luchar, lo veo por lo que es y luego actúo apropiadamente. En lugar de discutir con la realidad, mi aceptación me permite elegir la mejor acción para mí y para los demás aquello que es necesario.

¿Por qué la gratitud es una conexión con el presente?
Porque para estar verdaderamente agradecido por algo necesitas estar conectado a él. La gratitud es una experiencia, no un pensamiento ni una emoción. Si estoy agradecida por la presencia de mi hijo en mi vida es porque estoy presente en la presencia de mi hijo en mi vida. La gratitud nace de la experiencia. En ese momento, como resultado de su existencia y ser, independientemente de cómo eso cambie con el tiempo, estoy experimentando gratitud.

¿La postergación está fuera de alineación?
Eso creo. Si estamos realmente alineados con algo y realmente conectados con el momento, ¿por qué postergarlo, por qué vacilar? Nunca he postergado besar o abrazar a quien amo,  ¿entiendes? (risas). Creo que postergar normalmente proviene de un miedo, un juicio y, en última instancia, de una desconexión o desalineación.

¿La confianza se basa en una conexión total con uno mismo?
Absolutamente. Cuando estamos realmente conectados, no a nuestros pensamientos o nuestra personalidad, sino al núcleo, al corazón de quienes somos, nos damos cuenta de que todo está bien. Es seguro dejar ir y confiar. ¿Por qué? Porque sabemos que somos conducidos por algo más grande que nuestros pensamientos.

Por eso aconsejas no confiar en los pensamientos.
¡Sí, nuestros pensamientos son peligrosos! A menudo nos engañan o nos hacen «pensar» que queremos algo cuando no lo hacemos, o nos hacen «pensar» que algo significa algo, cuando a menudo no es así. Nuestros pensamientos conducen nuestras emociones. ¡Tenemos tantos por segundo y la mayoría de ellos ni siquiera son nuestros propios pensamientos! Por lo tanto, definitivamente, debemos ser conscientes de no confiar «ciegamente» en nuestros pensamientos como la única forma de navegar por la vida.

En caso de sentirnos rechazados por otros, ¿en realidad nos estamos rechazando a nosotros mismos?
Sí, he experimentado que todo lo que sucede en mi mundo externo es simplemente un espejo o una proyección de lo que está sucediendo internamente. Por ejemplo, si me critico internamente, me quejo de mi aspecto o hago cosas para rechazarme a mí misma, he descubierto que experimento eso externamente. La vida simplemente refleja lo interior. Cuando dejo de rechazarme a mí misma, no me afectan los demás o, con bastante frecuencia, deja de suceder en el mundo exterior.

¿Somos el caos divino y perfecto?
Todos somos seres divinos porque estamos conectados y una parte del todo y todo está conectado y una parte de nosotros. No puedes separar ambas partes. Si la vida es caótica y divina, y nosotros somos vida, entonces debemos ser ambas. Somos seres divinos, Vida.

Salvémonos antes que el planeta. A Greta Thunberg no le gustará esta frase tuya.
En primer lugar, no creo eso de salvar a nadie ni a nada. Sin embargo, lo que digo en mi libro es que si algo necesita salvarse es el espíritu humano, nuestra humanidad, no el planeta. Por ejemplo, si alguien entró en tu casa con un bate de béisbol y rompe tus muebles y las cosas que aprecias, ¿dónde enfocarías tu atención? ¿Correrías por tu casa moviendo cosas fuera del camino tratando de «proteger» o «guardar» tus pertenencias, o te enfocarías en la persona con el bate de béisbol destruyendo tus cosas? Los seres humanos somos los que actualmente vamos con el bate de béisbol destruyendo nuestra propia casa, nuestro planeta, un mensaje con el que veo que Greta Thunberg también se conecta. El planeta no necesita salvarse, necesita amor.

Kombucha, la bebida más saludable

Si aún no lo conoces, tienes que probarlo y se convertirá en tu alternativa más sana a los refrescos industriales. El té kombucha (conocido también como hongo machuriano, hongo del té u hongo chino) es una bebida que se elabora a partir de té endulzado que ha sido fermentado por una colonia simbiótica de bacterias y levaduras, llamada SCOBY (Symbiotic Colony Of Bacteria and Yeast) caracterizado por su aspecto gelatinoso. Además, destaca por sus múltiples beneficios que se le atribuyen, como una mejora de la función intestinal por su carácter de bebida fermentada probiótica.

Hoy te hablaré de un libro que te cuenta todo sobre esta bebida saludable y que debes añadir a tu biblioteca de cabecera. Se titula “El gran libro de la kombucha” y está escrito por Hannah Crum y Alex LaGory.

MEJORA TU SALUD

En su libro, Hannah explica todo lo que se necesita saber para preparar la kombucha en casa. Con información detallada y rigurosa sobre sus orígenes, beneficios para la salud y formas de elaboración y utilización, desde las más tradicionales a las más innovadoras.

MÁS DE 400 RECETAS

Tendrás a tu disposición más de 400 recetas de kombucha con múltiples combinaciones de sabores para que incorpores esta bebida refrescante y sabrosa, usada como remedio ancestral y al que muchos le atribuyen una mejor función intestinal, a tu vida cotidiana.